A veces me acuesto sólo para encontrarte en algún pasillo
de poca luz,
en una de las calles que se activan
cuando cerramos los ojos.
Casi siempre fracaso.
Pero cada vez me importa menos si te veo,
porque hace mucho que dejé de encontrarte
aunque te viera, aunque te tuviera delante,
te escapabas por algún agujero de fuego.
Y me dejabas congelarme con la vista fija en el suelo
y dos puñados de nuestra música aplastados entre los dedos.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Siempre escribes textos tristes,deberias escribir cosas mas alegres para mi gusto.
ResponderEliminarEs que la señorita es una angustias, con sus agonías siempre a cuestas. Más quisiera ella...
ResponderEliminarQue te den anónimo.
ResponderEliminarJajajaja! bien dicho olé mi niña!
ResponderEliminarJajajaja! Bien bien,anónimo da la cara cobarde!
ResponderEliminarYo no digo nada pero esto...huele a post de tia.
ResponderEliminarhahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha!!!!
HEHEHEHHEHEHHEHHE!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar